El otro día rebuscando entre las cosas de mi abuela me encontré con esta sopera. Nada más verla me entraron unas ganas terribles de lavarla y ponerla en uso. Seguro que algunos pensáis que resulta algo kitsch pero a mí me tiene enamorada y he pensado que un potaje de garbanzos con espinacas combinaría estupendamente con ella. No me diréis que no te quedas con todo el mundo cuando la llevas a la mesa.
POTAJE DE GARBANZOS CON ESPINACAS
Para 6 personas
500 gr de garbanzos
400 gr de espinacas frescas
1 hoja de laurel
1 cebolla mediana
1 cucharadita de pimentón
Aceite de oliva
1 cucharada sopera de harina
3 huevos
Sal
Nuez moscada
La noche anterior ponemos los garbanzos a remojo.
Cocemos los tres huevos por espacio de diez minutos y los reservamos.
En una cazuela al fuego, ponemos a hervir abundante agua con sal y la hoja de laurel. Cuando levante el hervor añadimos las espinacas limpias. Las cocemos por espacio de 8 minutos. En este momento las sacamos, con ayuda de una espumadera, y las reservamos. Ponemos a calentar de nuevo el agua de haber cocido las espinacas, cuando comience a hervir añadimos los garbanzos escurridos (es importante cocerlos a partir de agua hirviendo para evitar que se endurezcan). Yo los he cocido en olla a presión durante 10 minutos. Una vez cocidos y tiernos los reservamos en el agua en la propia cazuela.
Aparte, en una sartén con aceite de oliva sofreímos la cebolla pelada y cortada en brunoise, cuando comience a estar transparente añadimos la cucharada de harina y revolvemos. Añadimos ahora la cucharadita de pimenton y la nuez moscada molida. Revolvemos y añadimos las espinacas que habíamos reservado. Cocinamos el sofrito por espacio de cinco minutos. Ahora agregamos el sofrito a la cazuela de los garbanzos. Por último añadimos los huevos duros picados, y dejamos cocer todo junto por espacio de diez minutos. Probamos y corregimos la sal si es necesario. Si os ha quedado el potaje muy suelto podéis espesarlo machacando algunos de los garbanzos.
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